miércoles, 28 de enero de 2009

Una teoría de los equilibrios puntuados


Es posible encontrar teorías evolutivas alternas al llamado Neodarwinismo que vienen a generar toda una serie de discusiones y polémicas que alborotan a más de un evolucionista. En este sentido, la Teoría de los equilibrios puntuados viene a ser una explicación sólo parcialmente aceptada.

Todo comienza con una frase originalmente enunciada por Linneo y que cautivaría poderosamente a Darwin: Natura non facit saltum. Ya había una tradición a favor de que algunos seres vivos generan nuevos organismos mediante cambios bruscos o saltos. Linneo y Darwin rechazan esta postura saltacionista y este último dedica en El Origen de las Especies algunos comentarios.

En el libro mencionado, Darwin menciona algunos autores prácticamente desconocidos que apoyan los cambios repentinos en las especies. El argumento contundente que rechaza estas ideas es la imperfección del registro fósil. No es que las especies hayan cambiado bruscamente a través del tiempo, sino que las reservas geológicas de organismos que existieron en el pasado no son una muestra fiel de todas las formas de vida que han existido.

Gente como Richard Goldschmidt, a pesar de las críticas, mantuvo sus ideas saltacionistas toda su vida, aunque nunca pudo amparar con la menor evidencia sus hipótesis sobre las altas tasas de especiación en los organismos en parte a que no contaba para su época con evidencia genética a su favor.

Hubo durante años gran cantidad de oponentes al Neodarwinismo, desde el abogado gritón y grosero de Leon Croizat con su interesante y a veces eficiente Panbiogeografía, hasta los mutacionistas y neolamarckistas que deseaban imponer sus opiniones. No fue hasta que llegó La Teoría de los Equilibrios Puntuados que la verdadera discusión se disparó.

En 1972, en la revista Models in Paleobiology, Niles Eldredge y Stephen Jay Gould venían a publicar una teoría cuyo marco teórico estaba fuertemente amparado en la evidencia fósil. La comunidad científica no dudó en entrar al debate.

La teoría en sí postula que las especies están sometidas a largos periodos de estasis (ausencia de modificaciones en periodos de tiempo largos) en donde éstas no sufren cambios aparentes en sus fenotipos (su apariencia externa). Sin embargo, existen altas tasas de mutación y especiación que en ciertos momentos vendrán a producir nuevas especies muy diferenciadas de sus ancestros; estos cambios vendrán acompañados nuevamente de otros largos periodos de estasis.

Gould y Eldredge basan sus observaciones en la disponibilidad del registro fósil. Según ellos, no existen especies intermedias. Asimismo, el mencionado registro no posee huecos y muestra de manera contundente como los equilibrios puntuados (breves periodos en donde hay altas tasas de especiación dentro de la estasis) han actuado a lo largo de la vida en la historia de la Tierra.

Un punto fuerte de su teoría es que en la filogenia (historia evolutiva y de parentesco) de los organismos es posible detectar la anagénesis (cambios en las filogenias que la mayoría de los evolucionistas señalan que no es posible observar). El proceso evolutivo, dicen estos autores, no es gradual, sino un tanto irregular. Los cambios en las especies varían en función de factores intrínsecos y extrínsecos.

Otro punto debatible son las tendencias evolutivas y los distintos sesgos en periodos de vida de los organismos. Los equilibrios puntuados explican los procesos microevolutivos (a nivel de genes, individuos y poblaciones) y por tanto los macroevolutivos (a nivel de especies).

Los autores han sido acusados de saltacionistas. Sin embargo, ellos mismos declararon en su momento que también eran gradualistas, aunque opinan que este gradualismo que apoyaban no tiene por qué ser constante.

Richard Dawkins ha sido uno de los activistas pro-Darwin más importantes. En el libro El Relojero Ciego, Dawkins apoya el gradualismo manejado por Gould, pero cuestiona si la teoría tendrá verdaderos efectos tanto a nivel microevolutivo como macroevolutivo. Esta duda es apoyada por los principales expertos Neodarwinistas.

Otra de las principales críticas proviene de los biólogos evolutivos neutralistas (aquellos que arguyen que la mayoría de las mutaciones son neutrales, es decir, que no afectan a los organismos). Según ellos, las bajas tasas de mutación y la actividad neutral de cada una de éstas dificultaría que se llevaran a cabo las altas tasas de especiación.

Los altos equilibrios o periodos de estasis serían resultados no de la nula actividad del material genético, sino del papel tan fuerte de la Selección Estabilizadora (un tipo de Selección Natural en la cual se favorecen los individuos con características dictadas por los genotipos heterócigos).

El registro fósil, la más fuerte evidencia de la teoría, es muy incompleto y, al contrario de lo que argumentaba Gould, sí presenta grupos intermedios tal como Archaeopteryx lithographica y una gran cantidad de mamíferos con caracteres reptilianos encontrados por paleontólogos en África. Lo que se tiene de fósiles son las partes duras de los organismos y las impresiones que algunas de éstas han dejado. En este sentido, al no contar con muchos registros de invertebrados que digamos (y como consecuencia, el registro fósil no muestra todos los organismos que han existido) la evidencia más fuerte de la teoría se desbalancea.

Actualmente, podemos encontrar críticas filosóficas y epistemológicas sobre la Teoría de los Equilibrios Puntuados. Éstas consideran la teoría como una construcción ingeniosa, aunque desprestigiada debido a lo endeble de su marco teórico.

Hasta aquí se podría quedar esta revisión, pero estudios recientes han retomado esta teoría debido a que se ve verificada en algunos casos por la Genética de Poblaciones (el estudio de los cambios genéticos que dan variabilidad a los organismos de la misma especie). En este sentido, hay excepciones en donde la teoría explica satisfactoriamente algunos casos descritos en Microevolución. Esto ha provocado que alguno puntuacionistas arguyan que si ocurre en Microevolución, esto acarreará efectos a nivel Macroevolutivo, situación que ha generado polémica.

No se ha observado en la mayoría de los casos que los fenómenos microevolutivos acarreen hechos macroevolutivos. Se ha discutido esto desde nivel genético, evolutivo y hasta filosófico y se ha llegado al consenso de que en muchos casos la microevolución no conduce forzosamente a la macroevolución. Por lo tanto, los equilibrios puntuados no explican los procesos evolutivos a nivel macro.

Debido a lo mencionado con antelación, la teoría de Gould y Eldredge ha sido clasificada como una teoría de rango medio. Su explicación de algunos fenómenos microevolutivos pero su incapacidad para explicar los fenómenos macroevolutivos le ha valido esta clasificación.

Para finalizar, la teoría es un buen intento alternativo al Neodarwinismo para tratar de explicar los procesos evolutivos y ha resultado útil en algunos pequeños aspectos de la Genética de Poblaciones. Quizás al final sirva más como complemento a las teorías evolutivas actuales que como teoría rival o alternativa.

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